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HABLAN LOS MAESTROS DE SABIDURÍA

El Puente, enero 1953




 

LA ASCENSIÓN


EL MAHA CHOHAN :

El viaje del ser espiritual a través del mundo de la forma representa una serie larga y abigarrada de experiencias que, con el tiempo, permiten a la conciencia absorber suficiente Sabiduría y convertirse en Maestro sobre la calificación de suficiente ener­gía para enfrentar la demanda de la Ley Cósmica. Tal ser enton­ces se gradúa de la cadena evolucionaría y se le permite funcionar en una Esfera de Expresión más perfecta, de acuerdo a la esco-gencia voluntaria del individuo. La graduación de la corriente de vida de la necesidad para la reencarnación es el logro final hacia el cual todos los estudiantes sobre El Sendero Espiritual aspiran. En la hora solemne de la Ascensión, la corriente de vida enfrenta una gran decisión en cuanto a cuál será Su servicio futuro a la vida.

Los pocos quienes escogen renunciar a la felicidad y libera­ción completa de las Alturas Cósmicas para quedarse como los Hermanos Guardianes de la Raza, de donde Ellos han ascendido, entran a las filas de La Gran Hermandad Blanca, y asumen las responsabilidades de Alguna Gran Inteligencia Quien voluntaria­mente se ha ofrecido para realizar un servicio específico hasta que algún miembro de la raza pudiera desarrollarse suficiente­mente como para hacerse cargo de tal actividad. La Hermandad está constantemente buscando tal material y cuando se encuentra siquiera uno de tales individuo, la guía, entrenamiento y prepara­ciones para el desarrollo de la corriente de vida hasta un punto donde pueda ser investido con más de los poderes ordinarios es indescriptible para la mente humana.

EL MORYA:

Durante el curso de centurias de tiempo, cada corriente de vida quien ha encarnado sobre el planeta Tierra ha desarrollado ciertos talentos y poderes definidos de logro a través de la inver­sión voluntaria de energía de vida para intereses específicos.

Esto es conocido como un "ímpetu" de curación, enseñanza, ge­nio musical o artístico, como el caso pueda ser. Es una parte inte­gral de la cosecha de la corriente de vida, tejida de las energías del latido de corazón, y es únicamente la herencia del esfuerzo humano que se permita la entrada a las Esferas Superiores y que ascienda con la conciencia en el momento en que la atracción de la tierra sea liberada del alma al cierre de la encarnación final. Cuando los Señores del Karma examinan al individuo por última vez, precediendo a la Ascensión, el pleno ímpetu acumulado del servicio a la vida de la corriente de vida es presentado para la consideración ante la Junta Kármica. Si la corriente de vida es encontrada lista para ser liberada de la rueda del nacimiento y renacimiento, la disposición con la cual el individuo pone su ím­petu acumulado de servicio se debe hacer antes que tome lugar el ritual real de la Ascensión.


EL SEÑOR KUTHUMI:

Cuando el Ser Crístico del individuo significa a la Ley Cós­mica que el individuo está listo para ser liberado de la cadena del nacimiento y renacimiento, el Padrino asegura una Audiencia ante la Junta Kármica, cuyo deber y responsabilidad ha sido sopesar las fuerzas y debilidades del alma a través de todas las centurias que precedieron este desarrollo. El "Libro de Vida" del individuo es examinado, la corriente de vida misma tiene audiencia delante de la Junta Kármica, y el asentimiento de esta Junta es requisito para la liberación del alma de reencarnación adicional.

Debido al ejercicio del libre albedrío, el individuo puede, sin embargo, rechazar aceptar su liberación, prefiriendo reencarnar para fomentar alguna Causa particular a la cual haya dedicado sus energías a través de muchas centurias. Si tal ser rechaza a-ceptar la Ascensión, siempre es con el claro entendimiento de que tal pérdida hace a la corriente de vida personalmente respon­sable por la creación de cualquier karma futuro que pudiera en­cadenar al alma de nuevo, y que de ese modo no permitiera la oportunidad para la liberación completa cuando y si el alma deseara cambiar su mente en el futuro.

PABLO, EL VENECIANO:

Los individuos a quienes les ha sido ofrecida la Ascensión debido a que ellos han expiado sus deudas kármicas individuales y han ganado maestría sobre la energía y han renunciado a esa liberación para servir mejor a la humanidad están entre los Hijos Más Santos del Cielo. Ellos llevan puesta sobre sus frentes una identificación espiritual en la forma de un loto abierto que es fácilmente discernible a todo cuyo ojo interno esté desarrollado.

Ningún otro grupo de seres, humano o Divino, tiene esta marca espiritual particular, y donde quiera que ellos se encuentren la Inteligencia Suprema del Universo se inclina en reconocimiento de Sus Presencias, Su Sacrificio, Su Amor. Cuando estos indivi­duos aceptan finalmente su Ascensión este Loto es amplificado y aún en las Esferas Más Altas del Cielo es una identificación per­manente de Su Amor y Servicio a la Vida que todo el que pase pueda leer.

SERAPIS BEY:

Después que el individuo ha aparecido delante de los Se­ñores del Karma, y Ellos han aceptado su estado de preparación para graduarse de la esfera de la Tierra, él debe significar, des­pués de una meditación profunda y sincera, en cuanto a si Su Ser Crísüco escoge disponer El mismo de esta oportunidad, o si exis­te más a ser hecho en el mundo de los hombres. Aquellos quienes permanecen después que su karma es expiado, como el Maestro Jesús, pertenecen a la Orden Santificada de la Llama Loto.

Aque­llos otros se paran en un sendero bifurcado donde de nuevo el libre albedrío individual debe hacer la decisión en cuanto a si la corriente de vida tomando la Ascensión pasará hacia la paz y felicidad relativa de las Esferas Superiores o permanecerá como un Trabajador Activo en la Gran Hermandad Blanca, en contacto real con los hijos e hijas menos evolucionados de la Tierra. Aquellos que escogen la "felicidad del Nirvana" vuelcan las energías dentro de sus ímpetus de curación, logro musical o cualquiera que pueda ser el caso, hacia los Devas quienes incor­poran esas energías en los hermosos Templos de Fuego cuya radiación y poder sirven a la Tierra y su gente, y ellos realmente 'desean' su herencia para la humanidad, pero llevan sus propios Seres Conscientes hacia los Reinos que ya no tienen ninguna co­nexión con la vida luchando sobre el plano de la Tierra.

 

HILARIÓN:

Después de incontables centurias de esclavitud, pueden bien imaginar la alegría que se experimenta cuando las cadenas de la Tierra, las limitaciones de la carne, y el velo del olvido son de una vez y por todas removido de la corriente de vida.

Intentar describir esos primeros instantes de liberación eterna, es tan inútil como intentar poner en palabras finitas una descripción adecuada del Personaje de la Deidad. Suficiente decir, que - en el mismo instante que tal Liberación se experimenta - la corriente de vida es inmediatamente enfrentada con una decisión de libre albedrío en cuanto a si éste se remontará hacia las Alturas Cósmicas de Paz y Felicidad, o - con la resplandeciente liberación aún fresca en el corazón - se volcará de nuevo hacia la esclavitud voluntaria y centurias de esfuerzo con la conciencia limitada de la humanidad a través de algún cargo en la Gran Hermandad Blanca.

No es de maravillarse que pocos escojan este camino de sa­crificio, y que la mayoría deje su ímpetu de bien para la raza, sino que escojan individualmente estar libres de más karma personal suyo.

JESÚS:

Cuando el alma es pasada por la Junta Kármica.y la deuda kármica es balanceada a la vida, si el individuo escoge aceptar encarnaciones adicionales, él lo hace a su propio 'riesgo' porque él debe someterse, como hacen los voluntarios de otros planetas y sistemas, a las mismas leyes naturales que atan a cada espíritu encarnado. Desde dentro de una forma encarnada siempre exis­te la posibilidad de mal uso de energía o creación de nuevo karma en una vida sucesiva, que se convertirían en una cadena no dese­chada por el Consejo Kármico, sino que debe ser mitigada me­diante los esfuerzos auto-conscientes de su creador. De ese mo­do, frecuentemente, un individuo a quien ha sido ofrecida la As­censión y renunciado a ésta por servicio, no ha sido capaz de calificar para esa Ascensión por tanto como doce encarnaciones subsecuentemente. No es un decisión fácil.

Si, sin embargo, la corriente de vida toma la encarnación "sin pecados" como fue Mi privilegio hacer, y tiene éxito pasando por una vida Terrenal sin sucumbir a ninguna tentación de mal uso de energía, tal ser puede aceptar la Ascensión en cualquier momento durante esa vida Terrenal. Esto fue lo que hizo posible mi Ejemplo Cósmico, porque, a través de la gran Misericordia de la vida, y la asistencia del Señor Maitreya y Otros de la Hueste Celestial, fui capacitado para mantener mi corriente de vida lista para el instante en que el Llamado Cósmico de la Presencia pu­diera ser hecho, y Yo, auto-conscientemente - lo respondiera a través de la manifestación pública de la Ascensión.



SAINT GERMAIN:

Si el individuo escoge aceptar la Ascensión cuando se le ofrece por la Junta Cósmica, entonces depende de la Presencia de tal ser, junto con el Padrino particular de la corriente de vida, desarrollar los detalles preparatorios para esa hermosa ceremonia de atracción de la conciencia purificada hacia dentro del Estado Cris tico. Muchos factores son considerados, y toda asistencia natural es provista en la preparación del lugar, en el cual ésta se debe lograr.

En mi propio caso, fue varios meses después que había pasado la prueba final delante de la Junta Kármica, antes que fuera capacitado para terminar mis asuntos y retirarme al hogar de un amado Amigo en el Corazón de las Montañas de Transylvania y prepararme para esta experiencia final de la victoria terrenal. Aquí, fui alistado por Mi Instructor Espiritual y en un instante dado, al llamado de la Presencia, dejé los brazos de Mi querido Amigo, y - con la ayuda de Mi Instructor - entré a los Reinos de Perfección, desde donde siempre Me esforzaré en asistir a mis hermanos y hermanas quienes todavía permanecen sobre la Tierra hasta que ellos, también, experimenten la felicidad y paz de este logro victorioso.


 

 


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